Los números no mienten: 280 millones de hogares en más de 200 países del mundo miraron atentos el domingo 27 de abril al país del Papa Francisco, el fútbol, el asado y las mujeres más hermosas. El flamante Circuito Internacional de Termas de Río Hondo, que nada tiene para envidiar a las pistas más importantes del circuito internacional, se metió en el mundo, traspasó fronteras y llevó al país a rincones inéditos del planeta, a través del Gran Premio de la República Argentin. Esto lo dice la revista Noticias, generalmente crítica del actual gobierno nacional en una nota con la firma de Diego Granda.
El Moto GP –cuya presencia en Santiago del Estero marcó un hito: primera vez que se hace en el interior del país–, es el campeonato de motociclismo más importante del mundo, con una temporada que integra 18 grandes premios que se celebran en 13 países, cuatro continentes, y con una cobertura televisiva global. Diez nacionalidades de los corredores más hábiles del mundo se posicionaron en la grilla de partida con motocicletas de tecnología innovadora, con componentes provistos por tres fabricantes: Yamaha, Honda y Ducati. Es el campeonato mundial de motor más antiguo que se disputa en la actualidad, y no se corría en Argentina desde 1999.
Con años previos de preparación y cuatro millones de dólares invertidos por el gobierno nacional, se creó un escenario ideal para que familias enteras viajaran desde todos los rincones del país, e incluso desde otros países, a vivir la pasión por el deporte. El acontecimiento también sirvió de oportunidad para las relaciones sociales, profesionales, políticas, el despliegue de costosas campañas de marketing, shows de música –entre los que estuvieron Dread Mar-I, Catupecu Machu y Vera Spinetta–, mujeres perfectas (un clásico de los deportes que involucran motores), chivitos asados, y nueces confitadas (dos de las mejores especialidades culinarias santiagueñas).
Asistencia obligatoria. Desafío al lector: intente imaginarse estas postales. El vocero presidencial, Alfredo “Corcho” Scoccimarro, conversando con el actor de telenovelas Gonzalo Heredia, y con el periodista Germán Paoloski. El gobernador Daniel Scioli paseando en un carrito de golf con Marquitos Di Palma por el paddock del circuito, que frenan para saludar a Nacho Viale, el nieto de Mirtha Legrand. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, de jeans, camisa arrugada, y gorra deportiva estrechando manos con el entrerriano Sergio Urribarri y el riojano Beder Herrera. Los ministros Juan Manzur (Salud) y Enrique Meyer (Turismo) consultando a viva voz si la Presidenta Cristina Kirchner vendría al evento.
Ese cambalache representa, resumidamente, lo que significó –más allá de lo deportivo– el Gran Premio del Moto GP en la Argentina al que nadie quiso faltar. Tres días que oficiaron de perfecta oportunidad para relacionarse política y profesionalmente. Lo deportivo, para muchos, fue solo una excusa para ocupar las 10.000 plazas hoteleras dispuestas para el evento, hacer turismo y, por supuesto, contactos.
“El Estado nacional invierte unos 4 millones de dólares, sin contar la inversión del gobierno provincial y de las empresas privadas. Un dinero que retorna con la repercusión mundial que tiene la fecha en Termas. Además, tenemos un contrato firmado por tres años más. Y en lo que a mí respecta, garantizo los dos primeros años [hasta el fin de su mandato]”, aseguró Enrique Meyer, ministro de Turismo de la Nación.
En setiembre del 2011, a través de la cartera que encabeza Meyer, la Argentina firmó en París un acuerdo estratégico con “Dorna Sports”, empresa que posee los derechos comerciales y televisivos del Mundial del Moto GP, para celebrar el Gran Premio en Santiago Del Estero durante 2014, 2015 y 2016.
Un requisito fundamental fue obtener la homologación internacional del circuito por la Federación Internacional. Para eso se contrató a Jarno Zaffeli, un especialista italiano que se dedica al estudio de diseños “dromo”, para llevar adelante el master plan de la remodelación y modernización del trazado y sus instalaciones.
Zafelli no solo cumplió su objetivo. La pista pasó los exámenes de habilitación, y durante la carrera se consolidó como uno de los circuitos más importantes del mundo. Con un promedio de 174,9 kilómetros por hora, se convirtió, ya en las clasificaciones previas del sábado, en el segundo circuito más rápido del mundo.
Con una longitud de 4.800 metros, 14 curvas (9 a la derecha y 5 a la izquierda) que alcanzan una máxima inclinación de 10 por ciento, y una capacidad para 150.000 espectadores, el circuito de Termas de Río Hondo sonó como nombre para traer a la Fórmula 1 a la Argentina. “Aunque sería un circuito rápido para la máxima categoría, puede venir tranquilamente”, confesó una fuente cercana a la organización que prefirió el anonimato.
“Acá hubo mucho esfuerzo para que llegara la categoría. Se potenció la zona con hoteles y un aeropuerto. Sin embargo, para muchos, la materia pendiente es la Fórmula 1; y es verdad, es un sueño de todos. Como también es cierto que en su momento nos equivocamos al anunciar algo que todavía no estaba cerrado”, admitió Meyer.
Para el que conozca Termas de Río Hondo es difícil imaginársela con casi 100.000 fanáticos copádonla durante un fin de semana. Es una ciudad acostumbrada a recibir público tranquilo, generalmente grupos de jubilados, en sus pacíficos hoteles y spa de aguas termales, que llegan a alcanzar hasta 65 grados centígrados de temperatura.
Pero el fin de semana pasado fue distinto. Hubo más que música ambiental y minerales de valor curativo para la piel. La ciudad santiagueña se sacudió la pachorra con el vuelo de helicópteros, los shows musicales y fiestas que duraron toda la noche. Situación a la que la gente deberá comenzar a acostumbrarse: le esperan dos fechas más del Gran Premio del Moto GP, sumado a una extensa cantidad de eventos nacionales que comenzaron a anotarse para usar las nuevas instalaciones.