Aviso para turistas: irse de Santiago sin haber probado el bolanchao es lo mismo que no haber visto ni probado nada de lo que ofrece la provincia en cuanto a sus comidas tradicionales. Es una de las pocas exquisiteces que vienen directamente los aborígenes que habitaban estas tierras. Se trata, a la vez, de conservar esta fruta por más tiempo, luego de su maduración, para que sirva de comida en tiempos de escasez.
Por ingredientes lleva un kilo de mistol y harina de maíz tostado en cantidad necesaria.
Para prepararlo se recolecta el mistol de las plantas cuando está maduro (desde diciembre a comienzos de febrero, aproximadamente).