Cada vez que alguien dice chacarera los ojos de los santiagueños bailan de alegría y su ánimo se dispone a la fiesta. Es la danza por excelencia de un pueblo que ha hecho de esta música un cántico popular. De hecho, la chacarera “Añoranzas” es oficialmente el himno santiagueño y es interpretado cada vez que un acto patrio convoca al pueblo, a los alumnos de las escuelas, a las autoridades en un solo ámbito.

Pertenece al folklore vivo, pues aún se baila al natural en los ambientes populares de algunas provincias. Es posible encontrarla también en Catamarca, Salta, Tucumán, sur de Jujuy, La Rioja, Cuyo y parte de Córdoba.

La investigadora folklórica Isabel Aretz recogió Chacareras bajo los nombres de Chacra y Molino, en el oeste de Córdoba.

En cuanto a las versiones musicales antiguas de la Chacarera, podemos mencionar, entre otras, las de Andrés Chazarreta (1911, 1916, 1920), las de Manuel Gómez Carrillo (1920 y 1923).

Por su parte el investigador Alberto Bravo de Zamora ha descubierto hace poco, documentos que hacen referencia a que se la bailaba en Santiago en la primera mitad del siglo XIX, en las que serían las referencias más antiguas de esta música halladas hasta el momento.

Con excepción del litoral argentino se la conoce y practica en casi todo el país. Pertenece a las danzas de carácter vivo, de pareja suelta e independiente. Su origen es difícil de determinar, está emparentada con otras especies como el gato, el escondido, el marote, el palito, el ecuador y el remedio, entre otras. Como en casi todas las danzas los bailarines simulan un juego de amor y galantería.

Un detalle particular musical y coreográfico es que sus vueltas pueden tener 6 u 8 compases.

Las chacareras son en su mayoría «bimodales», utilizando la escala con terceras paralelas llamada por el musicólogo Carlos Vega «seudolidia menor» – mezcla entre escala menor melódica y lidia (mayor con cuarta aumentada) -, aunque existen también chacareras en modo menor exclusivamente y en muy poca proporción en modo mayor.

Rítmica: Como otras danzas emparentadas con la chacarera, sus pies rítmicos ternarios (subdivisión ternaria) en la melodía en compás de 6/8, forma birritmia con el acompañamiento de los bajos o la percusión del bombo en 3/4.

Entre sus variantes encontramos:

Chacarera doble:

Es una variante de chacarera, originaria de Santiago del Estero. Se diferencia de la chacarera porque al bailarla se hace un giro después de la mudanza y antes de dar la vuelta redonda, aparte del rombo que se agrega al comenzar, aunque en algunos casos se emplea el avance y retroceso recto. (Añoranzas).

· Chacarera trunca: se agrega medio tiempo al final lo que le da una característica de síncopa difícil de acompañar con instrumento o bailar. (Como arbolito en otoño).

· Chacarera larga: con algunos tramos más largos que la doble, en especial el agregado de un contragiro (A don Ata).

Existen cuatro tipos de chacareras perfectamente diferenciadas en el territorio nacional:

La Santiagueña

La Tucumana

La Chaqueña (salteña del Chaco Salteño)

La Cordobesa

La chacarera es una danza vivaz que, como la mayoría de las danzas folklóricas argentinas, se baila en pareja. esta es suelta -ya que los bailarines no se tocan- e independiente, o sea que hacen solas sus evoluciones, sin combinarlas con las de otra pareja.

 Orígenes

Pocos testimonios escritos nos documentan sus orígenes, pero se cree que se bailó después de 1850, en las provincias del norte, centro, oeste de nuestro país.

Según la tradición oral nace en Santiago del Estero, además, el hecho de existir en esta provincia chacareras en verso quechua establecen un factor más que acentúa esta teoría.

La primera versión musical la dio Andrés Chazarreta en 1911.

Pertenece al grupo de danzas picarescas, de ritmo ágil y carácter muy alegre y festivo, gozó de la aceptación del ambiente rural y también de los salones cultos del interior hasta fines del siglo pasado, abarcando todo el país excepto el litoral y la Patagonia. Es una de las pocas vigentes, es decir que aun se baila especialmente en Santiago del Estero -donde se arraigó con gran fuerza- y en Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba; su difusión abarca por lo tanto, los ámbitos del noroeste, parte del chaqueño y casi todo el central. Los pocos documentos que hablan de su historia, mencionan que seríaa la más antigua y se baila en Santiago desde antes de 1850.

Musicalmente consta de cuatro frases en las cuales se cantan las coplas y un interludio que es solamente instrumental, intercalado después de la primera y segunda copla y también sirve de introducción Este interludio una característica coreográfica, ya que puede durar seis u ocho compases y como corresponde a la figura de vuelta entera, varia de la misma forma la duración de ésta.

El acompañamiento musical que se utiliza generalmente es de guitarra, violín, acordeón y por supuesto, el bombo, que se luce con sus típicos repiques. En la coreografía se introduce una figura especial que es el avance y retroceso, que consta de cuatro compases. Al igual que en casi todas nuestras danzas, consta de dos partes. la segunda se baila idéntica a la primera, pero invirtiendo como es característico, la posición inicial.

-Indumentaria femenina: Zapatos de cuero tacón mediano. Vestido de zaraza en dos piezas: falda con mucho vuelo y adornado con amplios volados aplicados. Bata abotonada adelante con volado puesto como sobrefalda y otros en el borde de las mangas y alrededor del cuello. Peinado en una o dos trenzas sueltas.

 

– Indumentaria masculina: botas acordonadas con o sin espuelas. Bombacha y chaqueta típica, cortona de bordes rectos con adornos de «alforcitas» o nido de abeja llamadas «encarrujadas». Camisa, cualquiera, blanca o de color, faja, tirador con rastra, o cinta ancha con bolsillos. Pañuelo de seda al cuello con las puntas a media espalda. Sombrero de copa baja, con barbijo, de colores grises, negros o marrón. Cuchillo a la cintura.- Puede bailarse de dos parejas «en cuarto» o compartidas, en cuyo caso los bailarines se ubican en los vértices del cuadro imaginario, teniendo cada caballero al frente a su compañera y a la izquierda a la dama contraria. Las figuras que se comparten son la vuelta entera y media vuelta. 

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