Para los santiagueños decir teatro y decir “El 25 de Mayo”, es casi lo mismo, pues se trata del mayor coliseo de la provincia, en el que han venido siendo aclamados casi todos los artistas locales y muchos que brillaron en las marquesinas del país y del exterior. A dos cuadras de la plaza Libertad se levanta imponente, esperando a un público ansioso de ver las últimas representaciones locales y de la escena nacional e internacional.
Está ubicado en la esquina de Avellaneda y 25 de Mayo, a dos cuadras de la plaza Libertad.
En 1906 se comenzó a demoler el solar que fuera cuartel de gobierno de Juan Felipe Ibarra, luego Colegio Nacional y Biblioteca Pública.
El teatro 25 de mayo comenzó a edificarse en el año 1909 y se termino definitivamente en 1923, la construcción de este edificio fue un hecho importante no solo por su importancia sino porque albergaba las ilusiones de un teatro para el pueblo. El proyecto original contemplaba la construcción de un teatro, conservatorio de música e instituto de bellas artes. Lo primero que se construyó fue específicamente el teatro con su galería cubierta, hall principal, pasillos, sanitarios, camarines, escenarios; dado el poco tiempo con que se contaba para su inauguración.
En la construcción se siguieron las líneas del academicismo italiano, evidenciado en la grandiosidad y colosalismo. En esos tiempos en Santiago Del Estero, no había ningún edificio de esas características, por ello este emprendimiento fue considerado muy ambicioso. El edificio sobresale en el diseño arquitectónico de nuestra ciudad.
Si se compara el Teatro 25 De Mayo, con otros de la Argentina, quizás no resalte su importancia. Pero dada la época en que se realizó, según aseveran los técnicos, tiene muy buena acústica y diseño.
El Teatro 25 De Mayo abrió sus puertas por primera vez la noche del 21 de Mayo de 1910, con la presentación de la obra «Rigoletto», la tan ansiada función de gala del dia 25, se inicio a las 10 y media de la noche de 24 de mayo con la concurrencia de las principales familias, funcionarios eclesiásticos.
En su origen el telón y cortinados eran de terciopelo, butacas tapizadas en cuero, sillas y sillones en gobelino tramado en seda con estructura de madera satinada en colores blanco y dorado. Los espejos, tanto de camarines como de las distintas salas, son de cristal veneciano.
Bajo del piso de platea había un mecanismo que permitía nivelarlo a la altura del escenario.
El teatro 25 de Mayo es un símbolo de Santiago, más que una sala es el lugar que los santiagueños eligieron durante más de 100 años para ser protagonistas de sus expresiones culturales y espectadores del arte provenientes de otros lugares del país y del mundo.