“Hace dos años que no se veían dorados en el embalse Río Hondo y este año pudo reproducirse gracias a la lluvia y el alto caudal del lago”, destacó el guía de pesca termense Carlos Álvarez, quien constató una importante presencia de doradillos durante las últimas salidas al imponente espejo de agua de esta ciudad. El dato es alentador si se tiene en cuenta que los últimos dos años predominó la sequía y mermó el desove de la especie predilecta de los pescadores deportivos.
También destacó que el crecimiento del dorado en el embalse, es rápido porque se mueve en agua quieta, menos desgaste. El primer año de vida, el dorado llega a dos kilos y por año crece un kilo”.
Reveló: “Este año por suerte, también tenemos buena reproducción de pejerrey; es impresionante la cantidad de alevinos de pejerrey, un buen desove de todas las especies del lago. Estoy tirando para boga y estoy pescando doradillos, eso quiere decir que fue bueno el desove. Este año demoró, normalmente el dorado empieza a desovar a mediados de octubre hasta principio de enero, pero ahora desovó tarde a fines de marzo porque tenía más agua”.
