El Fórum de Santiago del Estero, único en el norte argentino, ha logrado recuperar el valor de uno de los edificios históricos más emblemáticos de la ciudad, la vieja estación del Ferrocarril Mitre. Desde lo arquitectónico, conjuga lo histórico con lo moderno.
La recuperación del antiguo edificio con su amplio salón se destaca por lo majestuoso de los detalles, pero también por la incorporación de tecnología de última generación.
Un sistema de iluminación LED corona toda la fachada del edificio en sus cuatro caras, cubriendo todo el perímetro de su cúpula (un total de 280 metros lineales por 7 de alto) con una técnica que consiste en cajas de vidrio con varillas de luces LED, que permiten una gama de 100 colores y motivos.
En ese mismo sentido, todo el edificio tiene un sistema electrónico inteligente de manejo de la temperatura e iluminación y es el único en toda la provincia que tiene el servicio wifi en los 4000 metros cuadrados de superficie.
Además tiene características únicas por su diseño arquitectónico, la tecnología aplicada y los novedosos recursos que utiliza. Cada sala posee servicio individual de sonido, micrófono, iluminación, sillas y tarimas, además de una alfombra de alto tránsito.
El edificio se organiza a partir de tres áreas bien diferenciadas arquitectónicamente.
Sector histórico. Allí se ubican las oficinas de informes, administrativas, el Fórum Bar (ambientado con un aire a los Coches Comedor de los trenes antiguos), las salas protocolares Estrella del Norte (posee una mesa de reuniones para 30 personas, un lugar ideal para reuniones de negocios o rondas empresariales de primer nivel) y Pullman (tiene un contexto más reservado, con un plano más noble y señorial). Estos sectores también fueron decorados con muebles que inspiran las épocas de funcionamiento de las estaciones ferroviarias.
El sector histórico que da hacia calle Perú, tiene una lujosa marquesina, un modelo clásico de estilo francés de hierro forjado y recubierto de vidrio. El ingreso cuenta con una explanada por la que se puede acceder con vehículos hasta la puerta principal del edificio.
El sector moderno. Este espacio incorpora una zona de acceso desde el parque, un elemento que genera la escala de transición entre el parque y la gran sala. Entre sus detalles sobresalientes se destaca que en el ingreso por calle Roca tiene un vestíbulo totalmente vidriado pero que se integra con todas las arcadas originales, para lo cual se recuperaron las estructuras de ladrillo. Está rodeado de un estanque de agua con un sistema de iluminación y permite la vista de lo que sucede adentro y, a la vez, disfrutar desde dentro de la enorme plaza urbana con áreas verdes del exterior. Allí se ubican los sectores de acreditación y lobby de los participantes a los eventos, acondicionados con sillones, mesas escritorios, postes con cintas ordenadoras y mesas ratonas y tótem interior, que brindan al visitante el espacio suficiente para organizar su participación.
Sobre este vestíbulo vidriado se colocó una pantalla de 8 metros de ancho por 4 de alto, en la que se emitirán eventos de gran envergadura para que la gente, desde la plaza, pueda disfrutarlos. Es la pantalla instalada pública y permanente más grande del norte argentino, y fue complementada con un novedoso sistema sonoro importado desde España que permite disfrutar de la imagen y sonido a varias decenas de metros de distancia.
El sector central. La gran sala se encuentra ubicada en la zona de los viejos andenes y vías, que fueron reemplazados por una nueva estructura metálica de grandes luces. El valor patrimonial de su arquitectura original fue dotado de recursos tecnológicos de última generación para desarrollar una variedad de eventos. Es un amplio espacio flexible y funcional para cada necesidad, con capacidad máxima de 3.000 personas en más de 4.000 m2 que, con la utilización de panelería flexible y rebatible importada de Italia, puede contar con una, dos o cuatro salas. Se trata de un sistema de paneles que se guardan en cajones ubicados en los extremos del gran salón.
Es multifuncional: puede tener una sala de proyección, una de exposiciones o convenciones o ser el lugar ideal para montar un evento de gran envergadura. En todos los armados, cada uno de los espacios resultantes cuenta con servicios independientes del movimiento de públicos, necesarios para el correcto desarrollo de sus actividades.