El templo de La Merced está ubicado en Urquiza y 24 de Septiembre, a dos cuadras de la plaza Libertad de Santiago. Su fachada es muy bonita y su interior llama al recogimiento de los fieles, a la meditación y el arrepentimiento. Vale la pena visitarla con ánimo religioso y el alma preparada.
Aquí fue la sede durante muchos años de la Catedral de Santiago. Los padres mercedarios son los primeros y más queridos en la provincia; llegaron en 1557. Se trata de una muy bonita edificación con tirantes que recuerdan el origen de la más antigua de las ciudades de la Argentina.
Los mercedarios fueron la primera orden en radicarse en la ciudad, cerca de 1557. Y en 1580 esta iglesia se convirtió en la sede provisoria de la primera catedral de Santiago, ya que la Iglesia Matriz estaba destruida.
Las inundaciones producidas por el río Dulce en 1628 se llevaron el primer edificio. Uno nuevo fue levantado, exactamente donde está hoy en día. En 1817 un fuerte terremoto asoló la ciudad y lo derrumbó. Una vez más se lo reconstruyó, pero en 1824, dos años después de inaugurado y debido a fallas edilicias, se vino abajo.
En 1823 se había dispuesto la extinción de la orden por quedar un solo padre mercedario y sus bienes fueron rematados. Pero la feligresía santiagueña custodió y mantuvo su templo con respeto y amor. Tiempo después se levantó un nuevo edificio con apoyo del gobernador Juan Felipe Ibarra, devoto de la Virgen. Fue inaugurado el 24 de septiembre de 1836. Increíblemente el año siguiente un incendio lo dejó en ruinas. Finalmente fue reconstruido en 1851 y restaurado a mediados del siglo XX, realizándose sobre él un mantenimiento permanente.
El 24 de febrero de 1942 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Tiene una única nave, con muros de mampostería pintados de blanco. El techo, con cubierta de tejas, es sostenido por una estructura de madera en el interior. El atrio está sobreelevado respecto a la vereda y custodiado por rejas.
En las paredes del frente hay numerosas placas que se refieren a acontecimientos religiosos e históricos. Hay también un busto, obra del escultor Roberto Delgado, de Manuel Belgrano, cuya familia materna era de origen santiagueño.
La fachada principal es de estilo neoclásico, con fuerte influencia de la arquitectura popular tradicional. Cuenta con una torre campanario circular con tres campanas; la más antigua data de 1739.
Tiene una sola puerta de entrada sobre la cual hay un frontis triangular en el que se destacan una cruz de hierro forjado y el escudo de la Orden de los Mercedarios.
Durante un tiempo los restos del Gobernador Juan Felipe Ibarra descansaron en este solar, pero en 1875 su tumba fue profanada, siendo trasladados a un sitio secreto, que aún hoy se desconoce. La tradición popular sostiene que el lugar exacto en que quedaron es un secreto que se transmite entre los superiores de la orden de Santiago.
Adentro se destacan magníficos vitrales y confesionarios tallados. Hay una imagen de la Virgen de la Merced, con un bastón de mando en madera de itín, ambos donados por el gobernador Juan Felipe Ibarra.
Se encuentran también el Cristo del Santo Sepulcro, también llamado Cristo Yacente, antigua imagen de tamaño natural policromada que tradicionalmente preside la procesión del Viernes en Semana Santa y varias imágenes caras al sentir del pueblo católico santiagueño, como San Judas Tadeo, la Dolorosa, Jesús Nazareno, San Ramón Nonato, el Cristo de la Salud y San Pedro Nolasco.