La más tradicional de las exquisiteces santiagueñas

Quizás la más tradicional de las exquisiteces santiagueñas es el moroncito, golosina que se vende en las calles. Su sabor, son únicos y la experiencia de comerlo es siempre una irrepetible sensación de estar frente a la eternidad de la creación.

Una receta tentativa debería llevar los siguientes ingredientes: 70 gramos de harina leudante, 300 gramos de harina de algarroba, 20 gramos de grasa de cerdo o en su defecto margarina. Dos o tres cucharadas de arrope de chañar o mil de abajas. Una taza de azúcar, una cucharadita de bicarbonato de sodio, dos yemas, ralladura de un limón o una naranja y leche en cantidad necesaria.

 

Para prepararlos, armar un aro con la harina y cortar en trocitos pequeños la grasa. Juntar como pellizcando la grasa con la harina. Una vez juntos volver a formar un aro y colocar en el medio las 2 yemas, el arrope o miel, el azúcar, la cucharadita de bicarbonato de sodio y, en caso de que elija ponerle, la ralladura del limón o naranja.

Juntar estos elementos con las manos y agregar la leche necesaria para que no salga tan seca. La masa que debe formarse es similar a la de la pasta frola.

Una vez hecha esta masa , estirarla con un palo de amasar y cortarla con la forma que deseé darle a los moroncitos.

 

Luego debe pasar una cara de estos círculos por azúcar y ponerlos en una placa enmantecada y enharinada. Cocinar a horno fuerte pero no dejar tostar mucho.

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