La cúpula de la Casa de Belén, en la calle Alem, frente a una de las plazas mejor cuidadas de la ciudad, se presta para la calma, en medio de los apuros que impone la vida moderna, con su pequeña pero hermosa cúpula y los colores del azul del cielo santiagueño.
Y se pone mejor esta cúpula, cuando se abre la temporada de caza de fotografías de la flor del lapacho, ya que adorna mejor una fotografía el lila vivo de este árbol, uno de los más queridos en las angostas calles de Santiago.
La plaza San Martín le pone el marco adecuado a uno de los sectores más bellos de la ciudad, no solamente con la Casa de Belén, sino también con la iglesia ortodoxa San Jorge, la Casa de Gobierno, el club Sirio Libanés, la Cruz Roja y casas particulares con frentes vistosos y bien cuidados.
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