Hoy está como para ir al mercado. Todos los sábados, turistas y santiagueños eligen el mercado Armonía para ir con amigos a comer sánguches de milanesa, locro, empanadas, pastelitos, bombas de papa, pollo, ensalada de pata, locro, guiso, kipis, en fin, una variedad inmensa de comidas, con un sabor único y elaboración a la vista.
En sus dos pisos, el mercado es el centro cultural, artesanal y comercial más grande de la provincia. Allí se concentra casi toda la producción local y de provincias vecinas. Se vende verdura y carne de vaca, pero también casi todas las panaderías tienen sus bocas de expendio, hay venta de cabrito, pollo, cerdo, gallinas vivas, achuras, yuyos de toda clase.
También se consigue allí una infinidad de productos regionales, desde mates y bombillas, hasta bombos, pasando por dulces y quesos caseros, licores de frutos del bosque santiagueño y canastos de todo tipo, confección y calidad.
La atención es típicamente santiagueña, un aire de guaracha puebla el aire y santiagueños y visitantes comparten mesas, anécdotas, comidas regionales y típicamente santiagueñas y la amistad, sentimiento que no muere y perfuma la vida.