El parque nacional Copo se ubica en el extremo nordeste de Santiago del Estero. Fue creado en el año 2000, aunque el lugar era un área protegida desde 1968 bajo la forma de Reserva Natural Provincial; y a partir de 1993 como Parque Provincial. Allí es posible ver casi todas las especies animales y vegetales que existen en la provincia, en forma natural, en una experiencia que a los visitantes les resultará fascinante y enriquecedora.
Posee 114.250 hectáreas de tierra que serán ampliadas mediante el anexo de un parque provincial.
Representa un área de conservación para el quebracho colorado santiagueño, cuyos bosques han sido talados durante el siglo XX, para la obtención de madera y de tanino. Más del 60 por ciento de los bosques de quebracho se perdieron debido a la tala y el pastoreo, que no permite su renovación. También protege especies animales en peligro de extinción, como el yaguareté, el tatú carreta, el oso hormiguero grande, el loro hablador y el chancho quimilero.
El clima del Parque es subtropical cálido, con mayores precipitaciones durante el verano.
No tiene infraestructura para recibir visitantes, aunque se puede acampar. Existen paradores en donde alojarse; es recomendable comunicarse con el guardaparque en Los Pirpintos.
La región chaqueña cubre gran parte del norte de Argentina y tiene dos subregiones:
el Chaco Seco y el Chaco Húmedo.
Aquí hacen temperaturas veraniegas superiores a los 43grados y hay escasas fuentes de agua, albergando una variedad grande de especies como el tatú carreta, el chancho quimilero (un raro pecarí, identificado en 1974, conocido así por alimentarse del fruto del quimil), el tamandúa u oso melero (un edentado, parecido al oso hormiguero pero más pequeño, vive en los árboles y se alimenta de insectos y de miel), el oso hormiguero grande y el yaguareté.
Si bien los pumas del Chaco húmedo se consideraban extinguidos, en el 2000, hay indicadores de su presencia en el Parque Nacional Río Pilcomayo, en sectores al oeste del área protegida y en zonas del Este chaqueño. Es posible que se trate de especímenes en tránsito desde el Paraguay.
La situación del yaguareté en esta provincia fitogeográfica es la menos conocida de todas. No existen grandes áreas protegidas interconectadas y menos aún correctamente implementadas, el ritmo del desmonte es abrumador, acompañado por una situación social al límite que en gran medida se abalanza hacia los cada vez más escasos bosques nativos en busca de recursos que generen ingresos para subsistir, como sucede en casi todas la áreas en donde aún es posible encontrar jaguares en Argentina.
El Parque Nacional Copo, 114250 hectáreas de bosques de quebracho, con una reserva provincial lindante que sumarían 170.000 ha protegidas, pueden ser muy útiles.
Cabe destacar que para contrarrestar la falta de conexión entre las áreas protegidas de la región, se está llevando adelante un proyecto para la creación de corredores de conservación en todo el Chaco argentino. Estos corredores disminuirán el aislamiento actual de las áreas protegidas, aportando así a la conservación de la biodiversidad y a su vez, mejorarán la calidad de vida de los habitantes de la región.
Uno de los corredores previstos unirá el parque nacional Copo con la reserva de biosfera Teuquito (81.000 hectáreas de tierra), en la provincia de Formosa, incluyendo al parque provincial Fuerte Esperanza y el parque provincial Loro Hablador en la provincia del Chaco.