Para el viernes 25 de octubre se organiza un homenaje a Jacinto Piedra, en recordación de su trágico fallecimiento hace 22 años. Sus organizadores dijeron que se tratará de una cantata popular de amor y memoria colectiva en la que varios artistas le rendirán tributo en el Paraninfo de la Universidad Nacional de Santiago del Estero.
Su nombre real era Ricardo Manuel Gómez Oroná, había nacido en Santiago el 25 de setiembre de 1955. Murió el 25 de octubre de 1991 en San Carlos, La Banda. Recorrió peñas y festivales, hasta que con su familia se radicó en Buenos Aires. Allí siguió cantando y deslumbrando a mucha gente.
Su amigo y coterráneo Cuti Carabajal le presentó a Horacio Guarany, su ídolo. Fue él quien lo bautizó Jacinto Piedra, y lo ayud{o a grabar su primer disco como solista. En el 83, en medio de una gira por el norte argentino, Bolivia y Perú, pudo volver a su tierra y actuar en el Festival de la Chacarera.
El reencuentro con sus afectos fue determinante para el futuro de su carrera. Se vinculó con Sixto Palavecino, con quien compartió la grabación de «Por qué por quien». Jacinto grabó el aire de chacarera «Te voy a contar un sueño», que alcanzó gran difusión y define a nivel popular su particular visión por la poesía y el canto.
Su amistad con León Gieco, en esa época, le permitió recorrer gran parte del país acompañándolo, pero también cantando sus propias cancioens.
En 1985 el «Chango» Farías Gómez lo convocó a formar parte del grupo M.P.A. (Músicos Populares Argentinos) junto a Verónica Condomí, Peteco Carabajal y el “Mono” Izaurralde. M.P.A. registró dos discos: «Nadie, más que nadie» y «Antes que cante el gallo».
Luego, con Peteco Carabajal formó el conjunto Santiagueños.
Sus músicas más conocidas fueron «Hermano Kakuy», «Te voy a contar un sueño», «Canción del quenero», «Los niños del mundo» y «Chacarera del amor».
Cuando falleció tenía 36 años. Al día siguiente, el diario Página 12 tituló: «Murió Jacinto Stone», porque aunque no tocaba rock, su actitud ante la vida estaba marcada por la rebeldía, la pasión y una visión descontracturada del folclore.