El jueves habilitarán una escultura en honor del «Linyerita»

En una cruz al norte de la ciudad, ciudadanos dejan al pasar sus flores y velas, creyendo que allí está. Pocos saben de su historia, pero creen que el «Linyerita» los protegerá. Así la historia de un forastero nunca morirá, ahora montarán una escultura en su nombre. Este jueves será colocada bajo el nuevo puente de las avenidas Belgrano y Lugones, la escultura de esta leyenda que esculpió el artista santiagueño Juan Carlos Bejarano.

Juntando testimonios, el artista plástico recreó la figura de este personaje mítico.
Al conversar con el «Indio» Froilán y Teresa Castronuovo el proyecto comenzó con un boceto, que pronto se materializó en madera de quebracho blanco. «El proyecto comenzó en diciembre del año pasado. Sabemos que el «Linyerita» es un personaje del barrio Huaico Hondo.
Muy conocido por su particular manera de haber vivido en nuestra ciudad, oriundo de San Juan. Como todo hombre de trabajo ha caminado hacia nuestra provincia en busca de su bienestar», contó Bejarano.
La obra tiene 2 meros con 70 de alto y fue tallada en una madera de algarrobo blanco de 90 centímetros de diámetro y refleja la historia de quien llegó para la construcción del Puente Carretero y decidió radicarse en Santiago.
«La historia la sabemos todos: en un momento circunstancial fue a comprar sus cosas para alimentarse y al cruzar la vía llega hasta el negocio. Otros hombres que han visto que en su pañuelo tenía mucho dinero, al regresar a su rancho, lo esperan detrás de la vía en unos árboles y le dan dos puñaladas; le quitan su plata y allí termina su vida», contó.
En cuanto a la idea de la escultura dijo: «Los jóvenes y la gente en general comenzaron a ponerle velas, flores, le hicieron un monolito como reconocimiento a su buena actitud como ciudadano. Hoy nos encontramos con la posibilidad de mostrar escultóricamente la imagen, basada en lo que la gente ha comentado de sus rasgos y características. Había sólo datos escritos sobre él, no fotografías. Sobre eso he bocetado».
El artista contó que trató de reflejar en su obra a «un hombre muy ermitaño, solitario, humilde, inquieto por trabajar con la chapa, un hojalatero, con la que modelaba sus utensilios para la casa o artesanías». Y en el trabajo diario comenzó a reflexionar sobre la devoción de los santiagueños hacia este hombre.
En este sentido dijo: «Mientras realizaba la obra iba reflexionando sobre la verdadera riqueza en un hombre: la abundancia de espíritu y conocimiento, humildad, o la abundancia de cosas superfluas o materiales.
He tratado de volcar en la escultura la mayor simplicidad en un ser, la expresión de la mirada perdida, haciendo la pregunta: ¿por qué terminar la vida de uno por un par de monedas cuando lo más importante es tratar de vivir aunadamente como ciudadanos?».
«Traté de esculpirlo con su cuerpo encorvado, su pañuelo en la mano vacío, pisando el riel que caracteriza el lugar, su barba y pelo revuelto», añadió.
Sobre la confección, Bejarano contó: «He trabajo primero cortes grandes con motosierra, luego pasé a los discos, después a la gubia. Ahora estoy haciendo detalles para alisar las partes. Mañana (por hoy) estará terminada, con el tratamiento final para el cuidado de la madera y el sellado. Va a estar en Lugones y Belgrano, donde está el monolito. Ya se ha colocado el dado con los pernos para hacer el pedestal de la escultura, debajo del puente», remarcó. Según comentó el artista, este proyecto también cuenta con el apoyo de la Municipalidad de la Capital.
De acuerdo con lo contado por el «Indio» Froilán se pretende pasear la imagen por el centro capitalino antes de su colocarla en su lugar definitivo.

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