«Cuando me bajé del auto después de la final me estaban esperando unas personas que me dicen que me quieren comprar el auto, les digo que no sé si lo quiero vender», así comienza Bruno Costamagna a contarnos su historia que él mismo cataloga como «una historia de un cuento, es de no creer, porque dejamos el auto ahí, con trailer y todo.
El auto quedó en Termas, el Fiat 600 que sin lugar a dudas es de los mejores en cuanto a sus elementos mecánicos y una estética impecable, lo que habrá deslumbrado a quienes finalmente lo adquirireron, según una nota aparecida en el sitio «En las pistas».
Bruno comentó algunos detalles de esta historia diciendo que «era Daniel Zamora, el hermano del gobernador y la gente del autódromo (recordamos que el autódromo termeño es propiedad del Gobierno de Santiago del Estero), los que me dijeron que lo querían para usarlo en el circuito, y para que forme parte del museo que tiene este escenario, lo que es un orgullo porque este auto lo hicimos con el equipo, con mucho pulmón, íntegramente, salvo el motor, en Humberto 1 Primo».
También contó que «primero dudé y después negociamos, porque estaba en mente cambiar de categoría».
Costamagna pese a vender su unidad va a completar la temporada en los Fiat 600 y para el año próximo el objetivo es incorporarse al Turismo Fiat.
Para seguir en los «600», Costamagna contó que «inmediatamente un ex piloto (Daniel Abriatta de Ataliva), que por razones de salud no pudo seguir compitiendo, nos ofreció el auto para hacer las tres carreras que nos quedan, estamos octavos en el campeonato y queremos terminar lo más adelante posible, como siempre con mucho esfuerzo, para después ya a partir de marzo del año que viene incorporarnos al Turismo Fiat con un «Uno» que queremos empezar a armar».